miércoles, 12 de septiembre de 2018

La fotografía abstracta II. La abstracción está literalmente en todas partes.

Segundo capítulo dedicado a la fotografía abstracta. Si quieres ver el primero pincha en el siguiente enlace:
La fotografía abstracta I. Iniciación e inspiración. 

El realismo en fotografía es lo usual. La fotografía digital nos permite capturar la escena que tenemos frente a nosotros con un realismo sorprendente, creando imágenes muy atractivas. Sin embargo, hay una forma de realismo que algunos de nosotros nos perdemos: la fotografía abstracta.


Las fotografías abstractas son aquella que se basan en la realidad, pero que al darle al espectador solo una visión parcial de esas realidades, se convierten en imágenes increíbles y creativas usando nada más que formas, colores y texturas.

Tomar fotografías abstractas puede enseñarnos mucho sobre la relación entre la luz y la sombra, las combinaciones de colores y cómo las formas interactúan entre sí. La comprensión de la luz es una de las claves fundamentales para producir impresionantes imágenes abstractas.


¿Por qué hacer fotografías abstractas?

En primer lugar, ayuda a ser más creativo. En lugar de tratar de plasmar la realidad tal y como es, la fotografía abstracta nos obligará a mirar más de cerca y con más detenimiento los objetos y las escenas que fotografiemos. Realizar fotografías abstractas nos hace más “lentos” haciendo que nos centremos más y que disfrutemos más del proceso en sí. En lugar de buscar lo obvio, nos obliga a buscar los detalles y, de igual manera, nos obliga a observar y valorar los distintos patrones de luz y texturas que tenemos delante de nosotros.


Es un proceso de reducción de lo que se ve, por lo que desafía nuestra creatividad e imaginación y, por supuesto, también la de los espectadores de nuestras fotos.

Echemos un vistazo a los tres elementos principales en los que nos podemos apoyar para crear una imagen abstracta.


Las formas.

La forma es el elemento primario de una imagen abstracta. Pueden ser los detalles de una hermosa escalera de caracol o el poder angular de una arquitectura colosal. La forma ni siquiera tiene que tener una presencia física, podrían ser ondas de luz que se reflejan en el agua de un lago.



Puedes crear fotografías abstractas con formas similares para dar un aspecto agradable y tranquilo o, por el contrario, utilizar formas diferentes, con ángulos agudos y curvas radicales para provocar tensión y dinamismo a la imagen.

Utiliza las formas como parte de la composición, colócalas en tercios, úsalas como líneas o incluso para crear espacio negativo. Las formas son los bloques constructivos de una composición abstractas.


Los colores.

El color se puede usar para delinear las formas, agregar contraste a la imagen y para atraer la mirada tanto para dentro como para alrededor del tema principal. Podemos utilizar colores complementarios para dar una sensación de paz y tranquilidad o usar colores contrastados para crear una sensación de dinamismo.



Podemos usar la saturación del color para darle un estado de ánimo a nuestra imagen abstracta dependiendo de la luz ambiental. La luz suave y nublada nos da una sensación de calma apagada, mientras que la luz brillante saturará los colores y agregará energía y alegría a la toma.


Las texturas.

Con las texturas, también podemos agregar luz y sombra a nuestras imágenes combinándolas juntas. La textura de los objetos agrega definición a nuestras formas y contraste a nuestros colores. Podemos manipular la apariencia de la textura cambiando la posición y el ángulo de la cámara o, si usamos luz artificial, cambiando la posición de la fuente de luz.


La luz en un ángulo estrecho con respecto a la textura le dará una sensación profunda y tridimensional a esa textura, mientras con un ángulo más amplio se vuelven más planas y de aspecto más suave. La textura no tiene por qué ser pequeña, por ejemplo, puede ser una toma con cientos de asientos idénticos de un estadio o los adoquines de una calle antigua.


La luz y la sombra son los elementos que definen, no solo las texturas, sino también las formas. Se puede crear una imagen dura usando las sombras proyectada por un enorme edificio o una imagen plácida y delicada de ondas de arena húmeda en una playa con la luz suave del atardecer, que hace que las sombras de las curvas parezcan largas y sedosas.


La belleza de las imágenes abstractas está a nuestro alrededor, no hay que irse a localizaciones lejanas y exóticas. Puedes encontrar imágenes impactantes en nuestro mundo cotidiano, con buen o mal tiempo, dentro o fuera de nuestra casa, etc. Puedes fotografiar detalles cercanos o aislar partes de un objeto mucho más grande.

La próxima vez que salgas con tu cámara, tómatelo con calma y observa detenidamente. Echa un vistazo a los detalles y empieza a fotografiar lo que te parezca más atractivo. Pronto te encontrarás pensando de una manera diferente y más creativa.

Siguiente capítulo: La fotografía abstracta III. Consejos creativos.


Un flashazo para todos.


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