Eric Wolfinger es un aventurero nato. Desde que era muy
joven sabía que él no estaba hecho para un trabajo profesional de 9 a 5.
Después de varios años buscando la esencia de su alma decidió poner todo su
esfuerzo en la búsqueda de sus sueños.
Después de graduarse en la universidad, Eric sabía que su
pasión era viajar, cocinar y hacer surfing de madrugada. Estas eran las cosas
que valoraba más en su vida desde que era niño y muchos años de estudios no
habían conseguido borrar esos deseos.
Esto le llevó a trabajar de cocinero, y posteriormente como
aprendiz de la famosa panadería Tartine en San Francisco. Después de cuatros
años trabajando en estrecha colaboración, el propietario y chef Chad Robertson
decidió que quería hacer un libro para promover su negocio e ilustrar el
cuidadoso trabajo manual que implicaba hacer pan. Mientras planificaba el
proyecto, Robertson eligió a Wolfinger como fotógrafo del proyeto. A pesar de
la poca experiencia con la fotografía que Wolfinger tenía, tenía un valor mucho
más apreciado, la profunda e íntima relación que tenía con la panadería y con
el producto. Tenía un conocimiento intrínseco de la materia que no podría
conseguir en otro fotógrafo.
Este proyecto hizo que Wolfinger se lanzara como fotógrafo
de viajes especializado en la gastronomía.
Actualmente Eric viaja por todo el mundo utilizando la
cocina como una manera de capturar la historia y el espíritu de las personas.
Aquí os presento un vídeo sobre uno de sus trabajos en los que mezcla viajes, comida y fotografía.
Creo que él define perfectamente su obra y su pasión: “la
comida es mucho más que lo que hay en el plato… se siente. Son recuerdos. Es la
cultura. Es el estado mental de la persona, ¿sabes?, es su historia. Creo que
si se quiere contar una historia humana, el mejor lugar para empezar es en la
mesa. Eso es lo que intento hacer”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario