miércoles, 14 de febrero de 2018

Yamaha Scrambler Café Racer

Hoy os quiero presentar un nuevo proyecto fotográfico en el que me embarqué después de que un amigo me dijese que había modificado una moto para convertirla en una café racer. Siempre me ha encantado la estética de las motocicletas inglesas de los años 50-60 y esta podía ser una buena oportunidad para fotografiar una.


PERO, ¿QUÉ ES UNA MOTO CAFÉ RACER?
La estética café racer apareció en la cultura rocker de Inglaterra de los años 50 y no eran más que motos normales que los propietarios transformaban para mejorar sus prestaciones y su estética y así conseguir que se pareciesen a las motos de carrera de aquella época. En esas motos se cambiaban los manillares, los depósitos, los asientos y se instalaban filtros de aire y escapes deportivos. Todo lo demás se consideraba superfluo y por tanto se eliminaba, lo que hizo que se creara una estética minimalista de la máquina.

El nombre de café racer hacía referencia a las carreras que hacían los jóvenes de la época cuando iban de peregrinación de café en café de carretera buscando los que cerraban más tarde para poner música en las máquinas y hacer ruido con sus motos en los aparcamientos.

Actualmente el concepto de café racer ha evolucionado. Se sigue manteniendo el nombre porque son motos muy bonitas que se parecen a las que se realizaban en aquella época, pero se produce la paradoja de que en los años 50 se sacrificaba la estética para convertirla en una moto más deportiva y actualmente ocurre lo contrario, se sacrifica la deportividad a cambio de una estética impactante y cautivadora.






LA MÁQUINA. YAMAHA SCRAMBLER CAFÉ RACER.
Toda la modificación de la moto la ha hecho Miguel Cosano junto con su tío, al cual le propuso este proyecto en su 70 cumpleaños,  y de muchísimas horas de trabajo. Todo el proyecto ha supuesto cerca de año de modificaciones, cambios y pruebas para conseguir la máquina que él tenía en mente y cuyo estupendo resultado os presento en esta galería. Para que os hagáis una idea del trabajo se supuso, pintaron la moto tres veces hasta conseguir el gris plata Ford que buscaban.

La base para la transformación fue una Yamaha XJ600 a la que se le ha mantenido solo el chasis, el propulsor y las llantas, modificándose el resto de la moto. Miguel llegó a desplazarse hasta Sevilla para comprar una moto sin motor para desmontarla y meterla en su turismo y aprovechar la horquilla y el faro de la misma.






LA SESIÓN DE FOTOS.
Desde siempre me ha interesado el tema motor, la velocidad y, sobre todo, los vehículos de mediados del siglo pasado desde el punto de vista estético. Creo que son las creaciones de máquinas de velocidad más bonitas que hay. A pesar de mi interés por el tema nunca he hecho una sesión de fotos con un vehículo más allá de hacer algunas fotos para poner un anuncio de venta de un coche, por lo que se presentaba ante mí un gran reto.

Al ver el magnífico trabajo de Miguel con la moto no dudé en proponerle una sesión de fotos a su criatura, cosa que aceptó muy ilusionado. A partir de ese momento me dediqué durante varios días a buscar localizaciones en mi ciudad para realizar la sesión. La estética que me atraía y que busqué fueron localizaciones industriales y abandonadas, con cierto aire de decadencia.

Una vez que decidí las posibles ubicaciones era cuestión de esperar a la climatología adecuada y a que nuestros trabajos diarios nos diesen el tiempo necesario para la sesión. Necesitaba que el día estuviese nublado para que se vieran todos los detalles y que no se produjesen sombras duras y tampoco tenía ningún interés en utilizar iluminación artificial. Algunas de las localizaciones eran de seguridad "comprometida" por lo que mi idea era realizar todas las fotografías a pulso, sin trípode y sin ningún elemento que no pudiese recoger en segundos y salir de allí sin perder tiempo.

Bueno, no me enrollo más y os dejo aquí el resto de las fotografías de la serie. Espero que os guste.













Un flashazo para todos.



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