sábado, 7 de febrero de 2015

No dejes que tu cámara arruine tus fotos

Las cámaras nuevas son fantásticas. Tanto si eres un principiante a punto de comprar tu primera cámara "seria", como si eres un gran entusiasta de la fotografía o un profesional buscando un mejor cuerpo, comprar una nueva cámara siempre es excitante e interesante. Algunos dedicamos infinidad de horas buscando la más adecuada y otros tienen bastante claro lo que quieren desde el momento que se presenta en el mercado una nueva cámara. Y entonces llega el momento de esperar y esperar. Esperamos lo que parece ser una eternidad a que el repartidor nos entregue esa codiciada caja marrón que contiene nuestro nuevo y caro juguete. Entonces abrimos la caja y sentimos plenitud.


Sin embargo, si uno de nuestros objetivos en la vida es seguir mejorando como fotógrafo, la repetición de esta situación frecuentemente puede ser perjudicial para tu desarrollo como fotógrafo. Y ahora voy a explicarte el motivo.


El bucle infinito

Tu nueva cámara tiene muchos más botones, interruptores, diales, opciones, funciones, controles y características que tu antigua cámara, y la pregunta es la siguiente ¿qué funciones, de las decenas que posee tu anterior cámara, has utilizado? y ¿cuales son las que crees que utilizarás de tu nuevo juguetito?. Si realmente conociéramos a fondo nuestra cámara seguramente podríamos utilizarla de una manera más eficiente y durante mucho más tiempo.


Con la nueva cámara empezamos de nuevo el proceso de aprendizaje de las nuevas características, leyendo el manual o viendo vídeos en internet. Por supuesto, la curva de aprendizaje no es muy dificultosa si nos quedamos dentro del mismo sistema que ya poseíamos, pero, lo interesante es que si ese tiempo perdido lo hubiésemos dedicado a conocer mejor nuestra antigua cámara, y lo que es más importante, a realizar más fotografías, nos ayudaría más a mejorar como fotógrafo. Y, además, ese dinero gastado en mejorar nuestra cámara es posible que hubiese estado mejor invertido en algo que mereciese más la pena, como, por ejemplo, objetivos de buena calidad.



Comprar caro, vender lo más caro posible

Cuando nos compramos una nueva cámara suele ocurrir que tengamos en mente la necesidad de cuidar al máximo nuestro nuevo juguete. Otros se lo plantean desde el punto de vista de obtener el mayor valor posible cuando en un futuro se revenda. Para conseguir esto muchos fotógrafos sacan solo su nueva cámara en contadas ocasiones y otros incluso siguen utilizando su cámara antigua mientras la nueva queda a salvo en casa. Hay que concienciarse que la nueva cámara nos traerá nuevas posibilidades por lo que hay que utilizarla y asumir que se va a ensuciar, se va a llevar golpes y estará expuesta a los elementos externos. De esa manera la cámara se convertirá en una extensión de ti. Si sobreproteges tu equipo, ya sea para que te dure lo máximo posible como si es por conseguir el precio más alto posible en la reventa, te perderás oportunidades fotográficas increíbles.


Engañados por el mito de los megapixeles

Para los principiantes e, incluso, para muchos fotógrafos avanzados, una de las características que más atrae su atención es la cantidad de megapíxeles de la cámara. Los fabricantes lo saben e invierten grandes cantidades de dinero en campañas publicitarias donde se hace especial hincapié en la cantidad de megapíxeles que su cámara capta. También es verdad que para cierto tipo de fotografía es una característica importante, pero para la mayoría de nosotros no. Hacer fotos malas es tan fácil con una cámara de 36 Mpx como con una de 12 Mpx y lo mismo se puede aplicar a la hora de hacer fotos buenas. La resolución importa, pero la exposición, el juego de luces, el momento adecuado, etc. tienen mucho más peso en una buena fotografía. ¿Cuál de las siguientes fotografías os gusta más?.

Cámara de 2012 con 16 Mpx.

Cámara de 2003 con 4 Mpx.

Resumiendo, a la hora de plantearse comprar una nueva cámara hay que ver si realmente nos hace falta y esa mejora de la máquina nos hará mejorar como fotógrafo. Hay que tener en cuenta que la cámara es solo una herramienta para conseguir nuestros objetivos, por lo que la nueva cámara nos tiene que hacer el trabajo más rápido o nos tiene que hacer el trabajo más fácil o nos tiene que dar posibilidades de hacer ese tipo de fotos que nuestra antigua máquina no nos permitía.

Una vez leí (no recuerdo dónde) que debes cambiar de cámara cuando hayas perdido en varias ocasiones oportunidades artísticas o profesionales por falta de características de la cámara. Pero ojo, por culpa de la cámara, no por culpa de no conocer todos los entresijos de la máquina (por eso siempre es imprescindible leerse el manual).

Un flashazo a todos.




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