sábado, 20 de septiembre de 2014

Cómo elegir el modo de medición de la cámara

Las actuales cámaras fotográficas están repletas de características encaminadas, en teoría, a facilitar la labor del fotógrafo, conexión WI-FI, posicionamiento GPS, pantalla táctil, escenas predeterminadas y un largo etcétera. Pero muchos nos sentimos desbordados por la gran cantidad de opciones disponibles en el menú. Esto nos ha llevado a dejar ciertas características tal y como venían por defecto al comprar la cámara, lo cual no siempre es malo. El problema es que, dependiendo del objetivo final con que estén configuradas, puede ayudar o dificultar la realización de esa toma que teníamos en mente.


Una configuración que suelen pasar por alto, sobre todo fotógrafos nóveles, es el modo de medición de exposición. No es tan difícil de utilizar como algunos podrían pensar y la modificación de esta configuración puede marcar una significativa diferencia entre las imágenes captadas.

¿Qué es la medición de exposición?

La medición de exposición es, de la manera más básica, cómo la cámara mide la cantidad de luz del sujeto o escena. La cámara “mira” la luminosidad de la escena y rápidamente realiza una ingente cantidad de cálculos para determinar la exposición “correcta”. Dada la tecnología actual de las cámaras, esos cálculos suelen ser generalmente muy fiables, lo que da como resultado exposiciones correctas. Pero, dependiendo de las circunstancias, la medición de la cámara no es la correcta, o no es la que nosotros deseamos, especialmente cuando utilizamos la cámara en modo AUTO y sobre todo en escenas con un alto contraste.

Normalmente solventamos el problema con la compensación de exposición o variando la apertura, la velocidad y/o modificando la sensibilidad ISO en modo manual. Pero hay que saber que muchas de estas situaciones no se hubiesen producido si hubiésemos modificado el modo de exposición de la cámara.


Los modos de exposición que suelen tener las cámaras con los siguientes:

Medición evaluativa.
La medición evaluativa, también llamada medición matricial, múltiple, etc. suele ser el modo por defecto de la mayoría de las cámaras. La medición evaluativa determina la exposición correcta mediante la evaluación de las lecturas tomadas simultáneamente en distintos puntos de la escena. Debido a que toma en cuenta distintas partes de la imagen es un buen modo de propósito general y en especial en paisajes, donde queramos que la iluminación sea lo más equilibrada posible entre todas las partes de la fotografía. Este modo de medición efectuará exposiciones precisas en una amplia variedad de situaciones. Utiliza este modo cuando tengas prisa o cuando no tenga claro qué modo se adapta mejor a la fotografía que está tomando.




Medición ponderada en el centro. 
Aunque la medición evaluativa es útil en la gran mayoría de situaciones, es posible que con el tiempo te encuentres en situaciones en las que no consigas los resultados deseados. La medición ponderada en el centro, en lugar de evaluar toda la escena, presta más atención a la zona central del encuadre y le da más peso en sus cálculos. Y, aunque también mide los valores de las esquinas, les da a estos valores menor importancia en el cálculo de la exposición correcta.


Este modo es mucho más predecible que la medición evaluativa y es una buena opción para fotografiar objetos con mucha luz que necesitan ser expuestos correctamente en relación con su entorno. O sea, cuando no se quiere que un fondo excesivamente oscuro o claro modifique la exposición correcta del motivo principal de la escena.


Medición puntual. 
Este modo de medición es similar a la medición ponderada en el centro, pero a diferencia de esta última, la medición puntual utiliza solo el 2-3% del área del encuadre (del centro o de la zona que se le haya indicado, en las cámaras que lo permitan) para hacer sus cálculos, sin tener en cuenta el resto de la escena. Lógicamente, este modo es especialmente útil cuando estás fotografiando escenas de alto contraste en la que los otros modos de exposición pueden provocar que el sujeto salga subexpuesto o sobreexpuesto. Un ejemplo clásico es cuando se fotografía la luna por la noche, con los modos de exposición evaluativa y ponderada en el centro nos dará como resultado una imagen sobreexpuesta (la luna se verá completamente blanca y sin ningún detalle de su orografía, ya que la cámara tendrá en cuenta, en mayor o menor medida según el modo elegido, la imagen de alrededor de la luna, que es prácticamente negra y querrá compensarlo). Sin embargo, si en esa misma toma se elige el modo de exposición puntual, la cámara intentará exponer correctamente el objeto central sin importarle si el resto está subexpuesto, recogiendo las distintas tonalidades grises de los continentes de la superficie lunar.


En algunas cámaras también existe un modo que se suele llamar “parcial” que es un término medio entre la medición puntual y la ponderada en el centro. Con este modo la zona de medición de la cámara es el 6-7% del área de encuadre alrededor del centro.

Realmente no hay un modo de medición que funcione perfectamente en todas las situaciones. Personalmente suelo tener por defecto la medición ponderada en el centro ya que me asegura la correcta exposición del sujeto que tiene más peso en la fotografía sin descuidar por completo el resto de la escena. Pero es importante ser capaz de reconocer cuando una escena necesita una medición puntual o evaluativa para utilizarla. Dominar la medición, como muchos otros aspectos de la fotografía, implica tiempo y práctica, experimentar y aprender de los errores. Tampoco hay que obsesionarse, ni que toda tu atención se centre en ello olvidando una de las reglas más importante en fotografía: tener el horizonte nivelado.


Un flashazo para todos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario